Impacto medioambiental en el Packaging

El ciclo de vida del packaging impacta en el medio ambiente. Cada una de sus etapas es relevante para lograr que ese efecto sea menor.

Los residuos del packaging son muy visibles: los lleva el viento por todas las ciudades, se acumulan y contaminan los mares. En cambio, los gases de combustión de los autos o de los aviones nos son visibles.

Al comprar productos empaquetados se tiene la necesidad diaria de deshacerse de los materiales del envase o del embalaje. Ello puede llegar a ser frustrante debido a la cantidad innecesaria de packaging de algunos productos o el volumen excesivo de otros. Todos los factores anteriores hacen que el packaging tenga un papel protagónico en el tema del medioambiente.

Las estadísticas de residuos varían en cada país, por lo que es difícil realizar una comparación, pero se puede decir en general que los empaques de los productos representan el 10% en cuanto a peso de la basura que se genera en los hogares. Por ejemplo, en Stuttgart, Alemania, con una población de medio millón de personas, se estima que los materiales de envase y embalaje corresponden al 4% de la basura doméstica. En cambio, en Dinamarca la Agencia de Protección Medioambiental calcula un 6% de basura producida por empaques.

La Unión Europea ha implementado medidas para paliar los efectos contaminantes generados por el packaging. Por ejemplo, en 1994 introdujo la Directiva 94/62/CE de Envases y Residuos de Envases, la cual fija objetivos específicos de recuperación y reciclaje para que sus Estados miembros los incluyan en sus leyes nacionales.

El ciclo de vida del packaging inicia con la extracción de materias primas para poder fabricar papel, plásticos, cristal o metales. El packaging terminado se produce en las plantas de procesamiento; en otros casos los materiales se producen en otro lugar especializado en ello. Por ejemplo, el cartón ondulado se envía al fabricante de cajas. El envasado se lleva a cabo generalmente en la fábrica donde se produce un artículo o bien de consumo y de ahí se envía posteriormente a los minoristas, regularmente a través de un almacén que funge como intermediario. El consumidor es quien debe desechar y separar los envases según los reglamentos de cada localidad. Los contratistas suelen reciclar el sobrante de un embalaje. En dependencia del tipo de material, los proveedores de materias primas o los propios fabricantes de packaging suelen reciclar los materiales.

Se puede observar que cada etapa del ciclo de vida requiere de energía que no sólo depende del tipo de materiales que se usen, sino también de las distancias que se tengan que recorrer en trasporte y del diseño del envase: entre más ligero, menos energía; y entre más se maximice el uso del espacio necesitará menos material y usará el trasporte de manera más eficaz.

El impacto medioambiental también dependerá del tipo de energía que se utilice en cada etapa del ciclo de vida. Si en lugar de utilizar combustibles fósiles se utilizan energías limpias, será menor el impacto.

De igual manera, el tipo de transporte a utilizar abonará al ahorro de energía, siendo el aéreo el de mayor impacto al medio ambiente.

Fuente: Packaging Manual de diseño y producción, Bill Stewart, pag. 171